Narración: Odio a las cerezas



Odio a las cerezas. Su color, su aroma, el como están presentes en todo aspecto en mi vida. 

De niño, que tenia mejillas color cereza; de adolescente, que hacer un nudo con el tallo de la cereza solo usando la boca para besar bien; en esta pronta adultez, que voy a la universidad color guinda.

Todos los días, al menos una vez, escucho la palabra "cereza" ya sea en refranes, poemas o hasta chistes. Estoy harto del chiste de cere-eza-yo. De la expresión "la cereza del pastel" o de que comparen cualquier rojo con el rojo cereza. 

Es una maldición y no se porque me persigue, no he escuchado que nadie odie  a las cerezas con la misma intensidad que yo.

Tengo que ser sincero, no me desagrada el sabor, solo todo lo demás. El significado romántico e irónico que conllevan,  cómo no deja de atormentarme esta palabra.

El destino sabe que me desagrada y por eso se empeña en mencionarla.

Cada novia que he amado profundamente venía con su propia manía de cereza incluida. A una le encantaba el helado de cereza, otra siempre usaba un broche para el cabello con figuras de cereza. La última, la mejor, siempre se ponía su brillo para labios sabor cereza. Como extraño esos besos.

El solo hecho de recordar todo eso me enoja, malditas cerezas. Han estado presentes siempre en mi vida y no logro tolerarlas. 

Hay días en los  que nada me las recuerda, pero yo mismo me atormento reviviendo a estos frutos en mi mente, seré masoquista.

No las soporto pero no puedo imaginar mi vida sin este odio constante.

Si desaparecieran las cerezas del mundo, esta incomodidad se convertiría en un vacío y ese sería mi tormento.

Lo he descifrado, me gustan las cerezas aunque no por las mismas razones que a los demás. Me gustan porque las odio. 




Comentarios

Entradas populares de este blog

Guitarra en la esquina

Cuando descubres que eres tóxico

Y la bloquee...